Un líder eficaz debe esforzarse siempre por mejorar sus habilidades para convertirse en un mejor gestor.
Dirigir eficazmente a las personas requiere la capacidad de relacionarse con diferentes tipos de personalidades y la capacidad de mostrar fuertes habilidades de liderazgo.
7 reglas para dirigir eficazmente
1 – Mirada correcta
Hay una mirada específica que hace que la gente cuente contigo y te reconozca como un fuerte adversario a nivel subconsciente.
Esta mirada es útil para cualquier situación controvertida en la que quieras afirmar que eres una fuerza a tener en cuenta y que eres tú quien toma las decisiones.
Es necesario mirar a los ojos, pero no superficialmente, sino como a través de ellos, mirando al alma. Es una mirada penetrante que declara su determinación. Y la gente lo siente.
2 – Superar el resentimiento
La vida muchas veces nos enfrenta con personas desagradables con las que solo tenemos que comunicarnos y mantener una buena relación.
Para mantener una comunicación normal o conseguir algo de esa persona, tienes que superar realmente tu antipatía por ella. Y no solamente poniendo una sonrisa falsa, sino mostrando simpatía y amabilidad.
¿Cómo puedes hacer esto cuando te enfrentas a una persona escandalosa y desagradable?
Imagínatelo como un niño pequeño. Si el niño se comporta mal, significa que está amargado, infeliz o malcriado.
Cuando veas a esa persona actuando como un niño malcriado, no te enfades con ella, muéstrale amabilidad y simpatía, la gente verá tu actuar y eso lo desarmará.
3 – Presión
Muchas personas presionan a sus compañeros de trabajo, familiares y amigos para conseguir lo que quieren. Repitiendo las mismas exigencias de maneras suaves, luego duras, luego persistentes y emotivas, luego discretas.
El objetivo principal de la presión es privar a alguien de la esperanza de que lo que sé está requiriendo de él pueda evitar la repetición. La persona tiene que entender que no tiene otra opción o que no puede hacer otra cosa, y mantenerse firme hasta el final.
4 – Saber decir “no”
Aprender a decir “no”, será muy útil en la lucha contra personas manipuladoras de todo tipo. Estas podrían incluir, no únicamente, compañeros de trabajo, sino también la pareja, amigos y familiares.
Hay que aprender a decir exactamente esta palabra: “No”
“No puedo”, “no quiero”, “no lo sé”, etc.
¡Un firme “no”!
Por supuesto, una negativa tan categórica no es adecuada en todos los casos, pero en algunas situaciones es necesaria.
5 – No explicar negativas
Esta es una gran habilidad que viene con la experiencia.
Si le has negado algo a alguien, si has dicho un firme “no”, entonces debes intentar evitar las explicaciones, y más aún las excusas.
No te sientas culpable por haberte negado sin dar explicaciones.
La gente puede percibir tu estado de ánimo interior, y si vacilas en tu interior, comentarán al respecto y hasta podrías ser persuadido y convencido.
De nuevo, no siempre es buena idea decir que no sin dar explicaciones, pero hay veces que es necesario.
6 – Tener razón sin pruebas
Tener razón es un estado que se transmite en el ámbito de sentimiento. Podrías sentir que tienes razón y los demás podrían estar de acuerdo contigo.
Sin embargo, si empiezan a demostrar tu posición con argumentos, puede que destruyan esa confianza en que tienes razón.
Supongamos que presentas un argumento y tu interlocutor lo refuta. Luego, si presentas un segundo argumento te pondrás en evidencia de que tu primer argumento era ineficaz, eso hará que pierdas la credibilidad de que tenías razón.
7 – Desempeña tu rol
Si vas a desempeñar un nuevo cargo en tu trabajo, jefe de departamento, capitán de equipo o lo que sea, tienes que asegurarte desde el principio delineando tus credenciales.
Tan pronto como sea posible, haz algo en tu nuevo rol que no habías hecho en el anterior. Da algún tipo de orden, toma una decisión, pide una respuesta a tus subordinados, etc.
Cuanto más te demores en asumir un nuevo papel, más te pueden restringir tus derechos.
Dirigir eficazmente puede ser difícil, especialmente cuando se trata de equilibrar los intereses contrapuestos de las diferentes personalidades.
No hay un estilo “correcto” para dirigir a las personas, ya que cada individuo tiene una perspectiva individual.
Pero como verás, estas reglas dejan un amplio margen de maniobra para aplicar tu propia “marca” personal de liderazgo y dirección.
Son verdades, consideraciones y principios fundamentales que rigen una función de dirección eficaz, más que un estricto manual de instrucciones para el éxito.
Mantente fiel a estos principios, toma en cuenta a los demás, y dirigirás a las personas en un entorno gratificante y enriquecedor.
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© Alberto Gutiérrez / La Página De Alberto
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