Formas para aumentar tu productividad
Si sientes que no tienes suficiente tiempo para hacer todo lo que quieres, tal vez sea el momento de aprender algunas formas de aumentar tu productividad y lograr más.
Prepárate antes de empezar
La productividad no llega de golpe, es un proceso que comienza mucho antes de empezar. Cuanto antes te prepares y formules una idea clara de lo que quieres conseguir, más fácil y rápido será el trabajo.
Sigue una rutina diaria
Los atletas, los músicos y muchos otros están mejor preparados para seguir esta regla. Un día planificado entrenará a tu subconsciente para saber cuándo es hora de trabajar y cuándo de descansar.
Mide el resultado de tu trabajo
¡Si el resultado no se puede medir, este no se puede mejorar!
Para medir los resultados es importante darse cuenta de que la medición no siempre tiene que ver con el tiempo, el dinero o algo tangible.
A veces, la mejor manera es volver a echar un vistazo al trabajo anterior y ver si se ha mejorado y superado.
Maximizar la productividad
La primera hora afecta el resto del día.
Si eres negligente y desorganizado en tus acciones durante la primera hora después de despertarte, seguramente permanecerás así durante el resto del día.
Si nos disciplináramos para hacer las cosas realmente significativas durante este período, la mayoría de nosotros seríamos mucho más exitosos y productivos para lograr nuestras metas.
La clave de una mañana exitosa es levantarse y empezar cada día con actividades de autodesarrollo. Esto te ayudará a convertirte exactamente en la persona que quieres ser.
Crear una lista de arranque
Esta es una forma sencilla de planificar tu día y esencialmente consiste en estructurar el trabajo en función de cómo te sientas y de la complejidad de las tareas.
- Paso 1. Crea una lista de tareas para el día.
- Paso 2. Divide la lista en tres grupos: tareas muy difíciles, tareas moderadamente difíciles y tareas fáciles.
- Paso 3. Ejecuta el plan. Si te sientes bien y listo para la acción, empieza por las tareas más difíciles y avanza gradualmente hacia las tareas más fáciles.
Si no te sintieras bien (no tienes ganas, estás cansado, con falta el sueño, estás procrastinando), entonces lo contrario es cierto, lo mejor es:
Comenzar con el trabajo más fácil
Y una vez que hayas arrancado y «entrado en calor», puedes pasar a trabajar con las tareas más difíciles.
Nadie ha nacido para ser muy bueno en la gestión del tiempo, así que no pasa nada si piensas que eres malo en ello. Sin embargo, todo el mundo puede aprender a aumentar su productividad y conseguir más.
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© Alberto Gutiérrez / La Página De Alberto
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